Cita con el dentista

Un bonito momento. ¿Te acuerdas de esa tarde en tu casa después de volver del dentista que esperamos juntos a que pasara el efecto de la anestesia? Pasaron muchos meses y apenas acudí a la siguiente cita con el doctor. Al instante que volví a quedar adormecido, aparecí de nuevo frente a tus cachetes de hámster, los que guardaban tus ausentes muelas del juicio. Le volví a sonreír a tu mirada frustrada por aguantarse la risa de escucharme contar chistes mal pronunciados. Mis ojos se inundaron de la misma calma que sentí a tu lado cuando compartimos ese bote de sorbete de limón y los cerré para que quedarme otro ratito más ahí,
 
ya sin sorbete de limón

ya sin risa contenida

ya sin tu mirada

ya sin ti.

publicado el 20 de febrero de 2022

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