Hostil refugio

Nos he soñado, nos sigo soñando. En ferries, en trenes, en autobuses. Nos encontramos en la sala de espera, envueltos en chamarras y bufandas. La luna es protagonista en el cielo. Nos susurramos ausentes holas. Suena una voz, dice que hay que abordar. Me subo primero, asombrado siempre por el amarillo y el azul del casco, por las puertas automáticas entre vagones, por el olor del forro de los asientos. Vuelvo la vista a la estación, sigues ahí, mordiéndote las uñas, con el boleto entre los dedos y me dices que no con un gesto. Quiero bajarme enseguida, pedirle al chofer que detenga todo. Pero partimos. Corro a asomar la cabeza por una ventanita y pienso en desarmarme, lanzarme por cachitos para quedarme contigo. Cuando me arranco un pie y estoy por aventarlo, mis párpados se abren, recupero el aliento en mi habitación, un suspiro.
 
Son las 3:28.

publicado el 23 de noviembre de 2021

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