Creo que soñé contigo

Me acordé de ti e imaginé tu compañía mientras esperaba sentado en la banqueta afuera de una plaza. 

Claro vi tu cabello desordenado y percibí la mezcla de tu aroma con el de la lluvia que estaba por llegar, el tacto del plástico de la chamarra que siempre llevabas, tu mirada fija -en conversaciones ajenas, pensando en tus pendientes-, el movimiento nervioso del tic en tu pierna, el comerte las uñas, el movimiento apresurado de tus ojos con cada mensaje que te llegaba, tu nariz resfriada, tu boca y tu entrecejo fruncido y quizá un leve gritito para liberar el estrés.

Regresé a casa y vi la alacena vacía, solo un pan duro para desayunar mañana. 

Creo que soñé contigo porque desperté con los ojos cansados.

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