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Mostrando las entradas de junio, 2020

Mi pequeña

La saludé al pasar por el jardín con falsa quietud como si fuésemos a merendar me senté a llorar en la mesa. Dónde está ese frenesí, con el que me recibía al llegar, se escondió bajo el sillón donde solía tomar el sol. Ahora salgo a pasear con la correa hecha bola en las manos; visito todos los árboles y molesto a uno que otro gato. ¡Chas! Gritan los pedacitos de lluvia               que                              caen               sobre la tierra seca que cubre a mi pequeña.